En la clase de ayer por fin terminamos de construir nuestros secretos, estos fueron envueltos en tela y cosidos a mano (algunos de nosotros, como es mi caso, demostramos que no somos unos grandes costureros), después pusimos encima del pequeño sobre la foto o imagen que cada uno había elegido, algo que nos transmitiera buenas vibraciones, que compensara el dolor que había en ese secreto escrito.
Yo elegí esa foto de Campanilla, muchos pensarán que es muy infantil o quizá muy cursi, pero la mayoría de la gente que me conoce bien, sabe el gran significado que tiene para mi. Es algo que me recuerda a la inocencia, a los cuentos infantiles, a ese niño que nunca quiso crecer (algo que todos tenemos en nuestro interior).
Me ha gustado bastante este trabajo, dejamos escondido nuestro secreto, envuelto en una tela, cosido para que nadie sepa lo que hay y contrarrestando el dolor con nuestra imagen personal.
Aquí os dejo mi foto, espero que os guste. Por cierto, ¡estoy deseando ver como quedan las chapas!
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