"Pero que niño más guapo..." |
Como se puede ver, siempre he sido de buen comer, ya desde que empezaba a gatear. Cuando tenía un arranque de cólera y lloraba sin parar, mi madre me daba un poco de jamón, en lugar del pecho. Era la única forma de que me callara, y eso me llevo a coger un gran gusto por la comida. En la foto se puede observar los dedos gordotes y rollizos que he tenido desde siempre, y mis grandes mofletes, que mis abuelos no dejaban de agarrar cada vez que iba a visitarles, repitiendo siempre las mismas palabras "pero que fuerte y que guapo estás".
Es muy curioso ver lo diferente que eramos cuando no llegábamos ni al metro de estatura, algunos mejoramos mucho con la edad, como los buenos vinos, y a otros les pasa justo lo contrario... En mi caso, supongo que he tenido suerte y soy de los primeros...jeje
¡Pero qué niño más guapo! y sí, como has dicho en tu entrada, has mejorado como el buen vino... jejeje!! ¡Macizo! =)
ResponderEliminarjajajajaj di que si Ángela... MACIZO!! JAJAJ
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